Aún con el DECRETO por el que se regula la importación definitiva de vehículos usados y su respectiva prórroga al 31 de diciembre de 2014, la problemática que vive el sector actualmente en torno de la entrada de unidades denominadas chatarra no se ha visto minimizada. Por el contrario y en los meses que han transcurrido del 2014 se ha agravado, según cifras dadas a conocer recientemente por la ANPACT tan sólo en enero de este año se importaron 2 mil 211 vehículos pesados, 189 más que los que se comercializaron en el país en el mismo periodo, esta cifra histórica ha activado la alarma en el sector, pues la paulatina invasión de unidades de desecho provenientes de Estados Unidos no sólo impacta a la economía de los actores del sector, sino al medio ambiente, a la salud pública, la infraestructura, además de la afectación a la reactivación de la economía y los empleos de miles de mexicanos.
Por ello y en constante preocupación por desacelerar este crecimiento, los actores del sector automotor han unido fuerzas para poner en el mapa este importante tema; sin embargo y como toda problemática, las implicaciones son multifactoriales, pues la importación de vehículos usados no sólo tiene que ver con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que establece que a partir del 1º de enero de 2009 y gradualmente hasta el año 2019, México no podrá adoptar ni mantener una prohibición o restricción a la importación de vehículos usados, provenientes del territorio de Canadá o de los Estados Unidos de América. No, también intervienen los esquemas financiamiento, el programa de chatarrización y los incentivos fiscales, iniciativas para la modernización de la flota vehicular, normatividad -vigilancia y cumplimiento- y la profesionalización del sector y de los empresarios del mismo.
Ante la realidad del estancamiento en el crecimiento de la industria urge que autoridades, asociaciones, cámaras y la sociedad en general apunten a una solución integral, además de que se vigile de cerca el cumplimiento del DECRETO por el que se regula la importación definitiva de vehículos usados; pues ante la ignorancia de las leyes México se halla en una encrucijada, entre estar entre los primeros lugares de producción de automotores y ser en definitiva el deshuesadero de los Estados Unidos. Hoy más que nunca y en concordancia con el desarrollo del país, necesitamos contar con una flota moderna, esquemas de financiamiento fortalecidos, empresas profesionales y la normatividad necesaria para hacer de México un país moderno y progresista.