La Unión Europea fue pionera en el desarrollo de nuevas tecnologías.
En la actualidad la mancuerna transporte-telemática es indisociable, es sin duda la dupla más exitosa de los últimos años… pero ¿cuándo y en dónde se dio origen a esta carrera? algunos expertos colocan sus orígenes tras el término de la segunda guerra mundial cuando se dio un boom del transporte por carretera que imperó ante otros medios, por ejemplo el ferrocarril, este crecimiento no vino solo pues se acompañó de grandes retos tales como la falta de infraestructura que soportara las crecientes demandas de transporte, así se dieron -sobre todo en Europa- inversiones en este rubro, pues ya se experimentaban problemáticas derivadas de ello: congestión en la circulación -particularmente en zonas urbanas-, accidentes de tránsito y los impactos en el medio ambiente.
Tomando en cuenta estos factores hacia la década de 1960 se comenzaron a aplicar medidas de regulación del tráfico y de control de la circulación, que permitieran aumentar la capacidad y mejorar la seguridad de las redes de carreteras existentes, evitando las inversiones en nuevas carretera. Fue en ese mismo periodo cuando se iniciaron investigaciones teóricas que buscaba optimizar la infraestructura, algunos frutos de estas fueron los sistemas de control de tráfico urbano, un sistema de detención de incidentes en carreteras e incluso un sistema de control de marcha de autobuses en áreas urbanas.
Estos avances sin duda marcaron un antes y un después en el transporte, un dato interesante son aquellas investigaciones que se quedaron en la teoría, una de ellas, fue la carretera automática que proponía que el operador de los vehículos de carga fungiera como un vigilante de la operación ya que los equipos y herramientas instaladas en los vehículos y en las propias carreteras serían los encargados de la operación tomando en cuenta el tráfico y las características de los caminos, eran pues los inicios de la conducción autónoma de la que hoy ya somos testigos.
Hacia 1980 el desarrollo de las telecomunicaciones había despegado y con ellas venía el cambio de los sistemas de las décadas anteriores que, cabe señalar, se habían hecho a medida, lo que provocaba problemas de incompatibilidad entre sistemas, “había que tener en cuenta la necesidad de coordinar el desarrollo de los equipos a colocar sobre los vehículos con el de los equipos propios de la infraestructura vial. Por otra parte, resultaba imprescindible que al mismo tiempo que se estudiaban y resolvían los problemas técnicos, se abordaran y resolvieran todos los problemas de tipo político, económico, administrativo, etc., porque de otra forma los desarrollos técnicos resultarían inaplicables. Por consiguiente, la aplicación de los avances de la informática y las telecomunicaciones requería la planificación de un conjunto de trabajos de Investigación y Desarrollo (l+D), en la que intervinieran todas las entidades interesadas: administraciones, fabricantes de equipo, centros de investigación, etc.”, argumenta Víctor Sánchez Blanco el estudio Aplicaciones de la telemática al transporte por carretera.
A partir de entonces la necesidad de conseguir una coordinación en los Programas de l+D en el campo de la telemática aplicada al transporte por carretera fue aún más apremiante en el caso de la Unión Europea (UE) por la urgencia de unificar sus sistemas viales, por ello hacia 1984 se dio mayor impulso a este tipo de programas con tecnologías avanzadas para el transporte por carretera. “Los primeros programas se encuadraron dentro de la Agencia Europea para la Coordinación de la Investigación (EUREKA) dentro del II Programa-Marco. Entre ellos se puede destacar el Sistema Europeo de Tráfico con Mayor Eficiencia y Seguridad (PROMETHEUS) que estaba enfocado en los vehículos y CARMINAT que desarrollaba sistemas de información dentro de los vehículos. Los trabajos dedicados al desarrollo de sistemas en las infraestructuras se agruparon en un Programa de la propia UE que se denominó Infraestructura de Carreteras. Dedicada a la Mejora de la Seguridad de los Vehículos en Europa (DRIVE por sus siglas en inglés) y que se puso en marcha en el año 1988, con un plazo inicial de tres años, en el que se desarrollaron más de 70 proyectos”.
Los campos de actividad de los programas PROMETHEUS/DRIVE
Interacción Vehículo-Vehículo. El principal proyecto fue el “Manejo cooperativo”, que presenta avances en cuanto a pruebas y estrategias para maniobras de cooperación entre conductores de vehículos, tales como intercomunicación para seguridad y control de cruceros e intersecciones, emergencias y sistemas de previsión, además de la advertencia sobre situaciones de riesgo en el camino.
Interacción Vehículo-Entorno. Los proyectos “Información mejorada al conductor” y “Sistemas de apoyo al conductor activo”. En el primero se desarrollan sistemas para detección de obstáculos, prototipos para monitoreo vehicular y sensores que permiten grabar el trazo geométrico. En el segundo proyecto se estudian modelos y procesos automáticos de determinación de trayectorias críticas para eludir obstáculos (un virtual piloto automático); además se desarrollan sensores para controlar la estabilidad del vehículo y prototipos para la interfase hombre-máquina.
Interacción Vehículo-Infraestructura. En este campo se desarrollaron sistemas dinámicos de ruta, que son mecanismos de guía a destino mediante el suministro de información relevante y comunicación en formato digital acerca de la localización de la infraestructura, condiciones del tránsito y demanda de transporte, entre otras, con fines de planeación de rutas y viajes, control de redes, manejo de flotillas, etc.
Ya para 1992, dentro del III Programa-Marco, se inició un nuevo Programa de l+D “Sistemas Telemáticos de Interés General (STIG)”, que estaba orientado al desarrollo y difusión de aplicaciones de la informática y las telecomunicaciones en distintos campos como administración pública, sanidad, enseñanza, áreas rurales y transporte, siendo esta última división fundamental pues sus objetivos iniciales abarcaban temas neurales: Mejorar la seguridad vial, Maximizar la eficiencia del transporte por carretera y Mejorar el medio ambiente con la aplicación de la tecnología más avanzada de la telemática.
Además, se tenían objetivos más específicos: Preparar resultados que ayudasen a los tomadores de decisión en la administración y las empresas, Establecer especificaciones y normas comunes, Promover entre los usuarios la confianza en la nueva tecnología, Ayudar al desarrollo de procedimientos administrativos, legales y financieros que permitieran la adopción de la nueva tecnología, Asegurar la operación conjunta de diferentes equipos y desarrollar la intercomunicación entre los diversos modos de transporte y Promover la transferencia de resultados.
Modelos similares se replicaron en los mercados más activos, por ejemplo en Japón hacia 1984 se iniciaron los primeros ensayos para el desarrollo de sistemas de información y comunicación vehículo-carretera, lo que dio como resultado que en 1991 se iniciara el Sistema VICS. A su vez en los Estados Unidos creó en 1990 los Sistemas Inteligentes Vehículo Carretera en América (IVHS).
Sin duda los esfuerzos de estos pioneros en la telemática y su aplicación en el transporte de carretera revolucionó el mundo, puesto que hoy no se puede disociar esta dupla que ha llevado al autotransporte a enfrentar los retos del mundo actual con un mejor desempeño y aprovechamiento de los recursos.