“Las reglas de origen automotriz son nuevas, son más estrictas. Por ejemplo, el valor de contenido regional que en el caso de la industria de vehículos pesados pasa del 60% al 70%, para lo cual se ha dado un plazo de 4 años”, M. Elizalde.
La SE publica las Reglamentaciones Uniformes del T-MEC , a inicios de junio, a menos de un mes de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la Secretaría de Economía finiquitó las negociaciones de las Reglamentaciones Uniformes al que se refiere el artículo 5.16 del Tratado, mismo que instruye a las Partes a adoptar o mantener mediante sus respectivas leyes o regulaciones, Reglamentaciones Uniformes referentes a la interpretación, aplicación y administración de los Capítulos 4 (Reglas de Origen), 5 (Procedimientos de Origen), 6 (Mercancías Textiles y Prendas de Vestir) y 7 (Administración Aduanera y Facilitación del Comercio).
Dichas Reglamentaciones Uniformes buscan proporcionar orientación práctica y útil para un mejor cumplimiento de las reglas y procedimientos del Tratado en los capítulos referidos y brindarán certidumbre jurídica y claridad en la aplicación de las disposiciones del T-MEC.
En este contexto una de las industrias más interesadas en conocer los textos finales para el cumplimiento es la manufactura de vehículos pesados (carga y pasaje) pues suponen un reto y una inversión en un periodo relativamente corto. Al respecto Miguel Elizalde, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) comentó que en términos generales el T-MEC tiene estándares más altos tanto en aspectos laborales como de medio ambiente, anticorrupción, etc. pero no cabe duda de que refuerza la cadena de valor que tenemos en Norteamérica.
“Las reglas de origen automotriz son nuevas, son más estrictas, por ejemplo, el valor de contenido regional que en el caso de la industria de vehículos pesados pasa del 60% al 70% para lo cual se ha dado un plazo de 4 años, lo que nos da una ventaja para avanzar en este punto; no así en el resto de los requisitos que entran de inmediato, es decir el valor de contenido laboral, las compras al 70% de acero y aluminio, entre otras fracciones arancelarias.
Hay que recordar que estamos en un contexto complejo, pues al mismo tiempo que tenemos que vivir en la “nueva normalidad” derivada de la pandemia por COVID-19 nos estamos preparando para la reactivación de las exportaciones con las nuevas reglas que vamos a tener que cumplir con el T-MEC, en su mayoría las empresas afiliadas a la ANPACT obtuvieron la autorización del 18 de mayo en adelante para cumplir con los protocolos de salubridad y cada una arrancó a diferentes niveles en la producción, precisamente las que tienen una vocación de manufactura con mayor nivel de exportación son las que iniciaron primero”.
El representante de los fabricantes de vehículos pesados en México señala que la industria no podía adelantarse y hacer los cambios necesarios, había que esperar a la publicación de las Reglamentaciones Uniformes para que pudieran adecuar los procesos internos de acuerdo a las nuevas normativas y evaluar si pueden cumplirlas o no, así en caso de no alcanzar a cumplirlas a tiempo se tendría que pagar un arancel de entre el 4 y el 25%, que cabe subrayar, sería muy gravoso e incluso en algunos casos imposible de pagar, derivando así en consecuencias negativas para las exportaciones hacia territorios de nuestros socios comerciales del norte.
“Actualmente ya están en proceso de análisis cada una de nuestras empresas socias y cómo van a tener que cumplir con los detalles o si fuese necesario apegarse a los regímenes de transición alternativa, hasta el momento no conocemos alguno de nuestros asociados que lo esté pensando, pero cabe la posibilidad”.
Ante el panorama los fabricantes de equipo pesado tienen 4 opciones:
• Cumplen los requisitos para el 1 de julio
• Pagar el arancel de entre 4 y 25%
• Apegarse al régimen de transición alternativa
• Dejar de exportar
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“Esto es un gran reto para la industria, las empresas necesitan analizar la cadena de proveeduría, desarrollar los cambios en sistemas informáticos con estos nuevos requisitos, solicitar información a cada uno de los proveedores de toda la cadena de valor, son requisitos complejos que ocasionan tener un proceso gravoso para las empresas, es decir toma tiempo y recursos el tener que analizar y poder cumplir. Sin embargo, tener reglamentaciones uniformes es algo positivo porque se tiene certidumbre jurídica, definición y aplicación de las reglas de origen de una manera homogénea, para nosotros esto es una noticia positiva”, apunta Elizalde, quien concluyó que es cierto que el cumplimiento va a requerir un gran esfuerzo, pero también reconoció que esa es una buena oportunidad para la industria mexicana.
