El manifiesto #FutureDriven de ACEA describe cambios de políticas y acciones colaborativas para abordar los desafíos globales en medio de la transición de los vehículos eléctricos.
Mientras las piezas del tablero geopolítico se mueven, y con elecciones cruciales en la UE a la vuelta de la esquina, el manifiesto de ACEA sirve como un plan estratégico para lograr una movilidad sostenible para todos.
Una Europa con más de treinta regulaciones diferentes que rigen el transporte de personas, bienes y servicios es insondable hoy en día.
Un manifiesto por la movilidad sostenible en un panorama global cambiante. Volver a poner a Europa en marcha, en el período previo a las cruciales elecciones europeas de junio, industrias de diversos orígenes están revelando sus manifiestos con la esperanza de despertar el interés de los nuevos legisladores europeos. La colaboración con la próxima generación de líderes de Europa nunca ha sido más importante para abordar desafíos compartidos, ya que ellos poseen tanto la pluma como el dinero que definirán la dirección estratégica de la UE en las próximas décadas.
Podría decirse que las próximas elecciones de la UE pueden ser las más cruciales en la memoria moderna para Europa. El mundo ya no es el lugar que era hace apenas una década, y Europa como principal jugador que coloca las piezas del tablero de ajedrez global ya no puede darse por sentado. Mientras el europeo promedio soporta cada vez más el peso de la creciente inseguridad económica y los mayores costos domésticos, están aumentando los informes de una inminente reacción contra la regulación verde en las urnas.
Europa ha buscado durante mucho tiempo ser un campeón de la sostenibilidad, estableciendo reglas ambiciosas con la expectativa de que otros las seguirían, estableciendo el punto de referencia global para la regulación. Sin duda, esto ha tenido cierto éxito, y otras regiones importantes a menudo siguieron el ejemplo de Europa, lo que dio lugar a una serie de regulaciones internacionales basadas en el modelo europeo.
De hecho, la regulación puede ser eficaz y beneficiar a las empresas; El fortalecimiento y la profundización del mercado único es un excelente ejemplo. Una Europa con más de treinta regulaciones diferentes que rigen el transporte de personas, bienes y servicios es insondable hoy en día. Pero Europa necesita mucho más que sólo regulación si quiere conservar su lugar como líder en sostenibilidad y una región atractiva para invertir y construir industrias estratégicas.
Es hora de que Europa cambie de táctica. Hay mucho en juego y la inacción podría costar mucho más que empleos y pérdidas de inversiones. El futuro de industrias estratégicas como la nuestra está bajo seria presión a medida que otros actores como Estados Unidos y China intensifican su juego. Debemos hacer todo lo posible para combatir el cambio climático –y los vehículos eléctricos son parte de la solución–, pero ¿dónde está la estrategia industrial de Europa para respaldar esta ambición?
La transformación sin precedentes del motor de combustión –una tecnología en la que Europa ha liderado el camino– hacia la electricidad a batería significa cadenas de valor completamente nuevas, que Europa aún no ha desarrollado completamente. La transición a la era digital también ha provocado cambios profundos en los modelos de negocio de los fabricantes. Al mismo tiempo, nos enfrentamos a una feroz competencia global, a un aumento de los costos de hacer negocios, a un proteccionismo cada vez mayor y a un panorama geopolítico que cambia radicalmente.
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Los fabricantes de automóviles europeos son conscientes de nuestra responsabilidad social, pero el desafío ahora es hacer que el transporte por carretera y la actividad industrial sean aún más sostenibles y competitivos. Los futuros legisladores de Europa no deben perder de vista la importancia fundamental de nuestra industria, que sustenta gran parte de lo que sustentan nuestros medios de vida y mantiene nuestra economía en marcha. Ante el aumento de la feroz competencia de China y Estados Unidos, nuestro manifiesto proporciona un plan para mantener a Europa firme en su lucha contra el cambio climático, al tiempo que permite que prospere una de sus industrias más vitales.