Científicos de la Universidad de California en Estados Unidos han retomado un proceso de fermentación olvidado por largo tiempo, este método se utilizaba antiguamente para convertir el almidón en un explosivo, ahora esta técnica es resucitada para producir diesel renovable que colaboraría en la paulatina sustitución de combustibles fósiles para la movilidad humana.
Como resultado del proceso de fermentación, descubierto hace casi un siglo por el químico y presidente israelí Chaim Weizmann, se obtiene una mezcla de productos que contienen mucha mayor energía por galón en comparación con el etanol.
Los científicos que trabajan en este proyecto aseguran que si bien este combustible resulta más costoso en comparación con la gasolina o el diesel, proporciona grandes ventajas en materia de emisiones contaminantes, en un periodo de 5 a 10 años.
Weizmann empleaba la bacteria Clostridium acetobutylicum para fermentar los azúcares en acetona, butanol y etanol. Hoy los investigadores han desarrollado una manera de extraer la acetona y el butanol a partir de la mezcla de fermentación, dejando la mayor parte del etanol detrás y mediante un catalizador convertir esta mezcla de proporciones ideales en una de hidrocarburos de cadena larga que se asemeja a la combinación de hidrocarburos en el combustible diesel.
Gracias a la versatilidad de este proceso es posible utilizar un amplio portafolio de materias primas: azúcar de maíz (glucosa), caña de azúcar (sacarosa) y una variedad de hierbas, árboles o residuos agrícolas.