A pesar de que México cuenta con la NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005 que dictamina que a partir del 2009 el país debe contar con el Diesel de Ultra Bajo Azufre (UBA), la realidad es que a más de 3 años que se diera a conocer este hecho los resultados han sido pocos o nulos.
Y la situación empeora pues este año se dio a conocer a través del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) que el Gobierno Federal publicará otra Norma de Especificaciones de los Combustibles Fósiles para la Protección Ambiental pero hacia el año 2015, lo que representa un atraso excesivo en la disponibilidad del Diesel UBA.
A raíz de esta información muchos sectores de la sociedad y la industria son los que apuntan a que la disponibilidad de este combustible es una cuestión urgente y transversal puesto que no solamente tiene que ver con la calidad del aire en las ciudades, sino con la progresiva disminución del efecto invernadero y con la renovación del parque vehicular, pues al no tener el combustible idóneo los vehículos más modernos y tecnológicamente avanzados no pueden circular en el país y esto provoca un envejecimiento de las unidades y el rezago del país.
Es importante aclarar que el Diesel UBA si se encuentra disponible en la frontera norte del país y para la ciudad de México el Metrobús es el único que está siendo operado con este combustible.
Hablemos sobre los beneficios que el Diesel Ultra Bajo Azufre traería si se comercializa de manera cotidiana en México:
– Ahorro de combustible entre 3 y 5%.
– Reducción del 20% en emisiones contaminantes.
– Se incrementa la vida útil de las unidades en un 20%.
– Sólo contiene 15 ppm de azufre.
En México, el contenido de azufre en el diesel es de aproximadamente de 500 ppm, mientras que en Estados Unidos y la Unión Europea el promedio es de 10 a 15 ppm; si se lograse homologar este uso del Diesel UBA el país estaría a la par con los países de primer mundo en materia de cuidado del medio ambiente y de uso de la tecnología, lo que lo pondría en una posición privilegiada y por supuesto potencializaría su competitividad y desarrollo.
La tarea ahora es abogar por la no postergación de la NOM-086 y unir fuerzas para que México cuente en un corto lapso con el Diesel UBA, por el bien de la sociedad, la industria y el futuro del país.
