Sin duda uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos en esta época es a la reducción del impacto de la actividad humana y la disminución de las emisiones contaminantes a la atmósfera; en la búsqueda de alternativas se han diversificado los combustibles tanto para consumo doméstico, como industrial y por supuesto para el transporte.
En las últimas décadas y a nivel mundial (pero sobre todo en los países más desarrollados) se han ido diversificando con más intensidad las materias primas para combustibles destinados al transporte.
Hoy contamos con etanol, electricidad, hidrógeno, propano, metanol, biodiesel, combustibles serie P y gas natural; todos, puros o en combinación unos con otros han colaborado de manera paulatina en la sustitución de la gasolina y el diesel. Pero a pesar de su efectividad algunos de ellos resultan costosos o su proceso de producción es compleja; por ello en las últimas décadas el uso del gas natural como sustituto del petróleo ha ido en aumento con gran éxito en ciertas regiones del mundo y del país, debido a su abundancia en algunas regiones y su relativa facilidad de explotación.
Hablemos del Gas Natural
Es un carburante natural de origen fósil que normalmente se encuentra en el subsuelo continental o marino, es tal como el petróleo un recurso no renovable con la enorme diferencia de que su uso genera una menor cantidad de contaminantes. Es un gas liviano más ligero que el aire que produce mucho menos CO2 que otros combustibles y se quema más limpia y eficazmente.
Está compuesto principalmente por metano (CH4) en cifras que alcanzan el 90 ó 95%; pero también se encuentran en porcentajes menores etano, propano, butano, pentano y pequeñas proporciones de gases inertes como dióxido de carbono y nitrógeno.
El gas natural puede ser sustituto de combustibles como carbón, electricidad, diesel, gas licuado, gasolina, kerosene y tener aplicaciones en la generación de electricidad, el uso comercial, residencial y en el transporte.
Descubrimiento del Gas Natural
Los primeros descubrimientos de yacimientos de gas natural se dieron hace miles de años en Medio Oriente probablemente encendidos a partir de un relámpago que tocó tierra y que provocó el nacimiento de los fuegos eternos a los cuáles las antiguas civilizaciones les otorgaron un carácter divino y sagrado.
Pero fue la China del año 900 A.C quien reporta la perforación del primer pozo de gas natural; por su parte Europa descubrió el gas natural hacia 1659 en la región de Inglaterra. En el caso de América, Estados Unidos fue el primero que utilizó gas natural desde un pozo poco profundo en la localidad de Fredonia, en Nueva York, en 1821. El gas era distribuido a los consumidores a través de una cañería de plomo de diámetro pequeño, para cocinar e iluminarse.
Durante el siglo XIX el uso del gas natural se estabilizó en las zonas de yacimientos, pues el transporte de grandes cantidades a largas distancias no era factible; sin embrago hacia 1890 con la invención de las uniones a prueba de filtraciones que alcanzaban una extensión de 160 kilómetros del yacimiento.
Y hacia finales de la década de 1920 los sistemas de ductos se habían sofisticado bastante por un mayor avance de la tecnología de cañerías. En Estados Unidos entre 1927 y 1931 se construyeron más de 10 grandes sistemas de transmisión de gas y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial se construyeron más sistemas de mayores longitudes y diámetros. Se hizo posible la construcción de cañerías de 142 centímetros de diámetro.
Y el enorme logro se llevó a cabo en Rusia a principios de los 70 cuando se construyó la red de Northern Lights, de 5470 kilómetros de longitud.
Gas Natural Vehicular (GNV)
A pesar de que el boom del uso del GNV se dio en los últimos años; su implementación en los vehículos tiene ya una larga historia, pues fue en la década de los años 40 en dónde su uso como carburante para automotores de dio por primera vez; la Unión Soviética, Italia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá y Argentina fueron los países pioneros en su uso.
Las ventajas que ofrece el GNV frente a la gasolina y el diesel son muchas en tanto ahorros económicos, además de ser ambientalmente amigable, seguro y es más barato en comparación con otras fuentes de energía.
Sin embargo en México su potencial no se ha explotado al máximo, pero el camino está trazado y es sólo cuestión de tiempo para que el país aproveche uno de los recursos no renovables más abundantes en el país.