La disposición y desecho inadecuado de llantas usadas sin duda es una problemática multifactorial que tiene consecuencias diversas en la salud, la economía y el medio ambiente. En el mundo se estima que cada año cerca de mil millones de llantas llegan al final de su vida útil, en el caso de México aproximadamente 40 millones son desechadas anualmente, con un índice de reciclaje que sólo alcanza 5% y si a eso le sumamos la alarmante cifra del 91% que va aparar a tiraderos clandestinos el problema de la disposición de los neumáticos usados se potencia.
Y es que al considerarse un desecho inútil los ciudadanos las depositan en calles, ríos, lagos y predios baldíos que paulatinamente se convierten en foco de enfermedades y un potencial riesgo sanitario y ecológico, pues es conocido que este tipo de tiraderos clandestinos son susceptibles de incendio, liberando gases altamente tóxicos. Está comprobado que el humo de las llantas causa: cáncer, enfermedades mutagénicas, asma, enfermedades bronquiales y pulmonares, estrés, contaminación visual, del aire y de los mantos freáticos.
Cuantiosos esfuerzos se han realizado para minimizar el número de tiraderos clandestinos en el país, sin embargo éstos se ven superados debido a la enorme cantidad de neumáticos de desecho que se generan y la irresponsabilidad del consumidor final. Aún con ello diversos gobiernos a lo largo de los años han llevado a cabo acciones para la recolección y limpia de tiraderos clandestinos, en las regiones en donde su acumulación es enorme.
Así a partir del año 2013, se promulgó la norma NOM-161-SEMARNAT-2011 por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) que establece los lineamientos para los residuos de manejo especial, tales como las llantas al terminar su vida útil; por lo que el fabricante Bridgestone se dio a la tarea de crear el Plan de Manejo de Llantas Usados de Desecho en conjunto con la Asociación Nacional de Distribuidores de Llantas y Plantas Renovadoras (ANDELLAC); la Asociación Nacional de Importadores de Llantas (ANILLAC) y la Cámara Nacional de la Industria Hulera (CNIH), el cual se presentó ante SEMARNAT.
Los objetivos de este plan incluyen: evitar la contaminación ambiental, concientizar a la población, concertar con las autoridades para facilitar la recolección y el acopio de los residuos y eliminar los focos de insalubridad que afectan a la comunidad en general.
Dicha estrategia está fragmentada en seis etapas:
• Implementación.
• Recolección y Acopio.
• Co-procesamiento (cementeras).
• Reciclado y reúso.
• Utilización del residuo como combustible alterno.
• Reducción de generación de residuos de llantas usados de desecho.
La iniciativa se encuentra en fase de prueba en algunas regiones del Estado de Nuevo León, con miras a extender el programa a todo el país. De este modo las llantas que terminan en tiraderos clandestinos se destinarían a la industria cementera y la transformación en nuevos productos.
El Plan de Manejo de Llantas Usadas de Desecho contempla:
• Reducir en la fuente el volumen de neumáticos usados de desecho.
• Incentivar la reutilización o el reciclaje de subproductos susceptibles de ser reintroducidos en el mismo o en otros procesos productivos.
• Promover el aprovechamiento del contenido energético de los neumáticos usados de desecho.
• Promover diferentes alternativas de tratamiento, ya sea a través de procesos biológicos, químicos, físicos o térmicos.
• Promover la construcción y operación de instalaciones que permitan acopiar y almacenar volúmenes adecuados de llantas de desecho.
• Promover la construcción y operación de instalaciones para la disposición final de neumáticos usados de desecho.
• Impulsar procesos de sensibilización y formación de capacidades técnicas.
• Capacitar sobre manejo integral de los neumáticos usados de desecho.
• Fortalecer procesos de gestión en torno al manejo integral de los neumáticos usados de desecho.
• Desarrollar guías y lineamientos para la segregación, recolección, acopio, almacenamiento, reciclaje, tratamiento y transporte de neumáticos usados de desecho.
