Los vehículos de la postguerra se destacaron por ser económicos y polivalentes. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Francia requería vehículos industriales que cumplieran estas características, Citroën consciente de su potencial desarrolló en 1947 el exitoso Citroën H, vehículo comercial ligero que estaría en producción por más de 3 décadas.
Una de las características principales del Citroën H era su corta distancia al suelo, lo que facilitaba la carga y descarga de las mercancías, su altura interior era ideal para transportar un mayor volumen de mercancías. Las mejoras en este modelo fueron dadas gracias a las experiencias adquiridas del Citroën TUB (Traction Utilitaire Basse) producido en pequeñas series entre 1938-1941.
Citroën H, el caballo de la postguerra.
La Citroën H estaba construido con una carrocería autoportante.
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