50 años del Autotransporte en México

Detonador del cambio, transformación, comunicación, infraestructura, potenciador del desarrollo del país… sin duda el autotransporte le ha dado a México una buena carga de modernidad; si lo vemos en retrospectiva ha sido un gran aliado en el proceso de crecimiento de la economía de nuestro país. El autotransporte, tanto de carga como de pasaje es un fiel testigo que tras el esfuerzo conjunto las cosas pueden mejorar. En este contexto en Motor a Diesel nos dimos a la tarea de profundizar en la historia de las empresas más simbólicas para el sector, además de conocer el punto de vista de los directivos de las Asociaciones y Cámaras que honrosamente han representado a los actores de esta gran industria. Aquí hablaremos del contexto histórico en el que se desenvolvió el autotransporte para tener idea clara de hasta dónde hemos llegado.


Hacia los labores de la década de los años 60 se publicó la Ley de Transporte, en la que se anunció la creación de la Unión de Permisionarios de Transporte de Pasajeros en Camiones y Autobuses en el Distrito Federal, que quedó bajo el control del DDF. Y desapareció la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, dando lugar a las Secretaría de Comunicaciones y Transportes y Obras Públicas (SCOP).


Hacia finales de 1964 se constituye la agrupación de Concesionarios de Carga del Servicio Público Federal, ente separado de la Cámara Nacional de Transportes y Comunicaciones; pero tras algunos años los agremiados regresan a la Cámara.  Es importante destacar que fue en 1967 que se instituyó el Sistema de Transporte Colectivo, con el objetivo de construir, operar y explotar un tren rápido con recorrido subterráneo y superficial; sí, el metro de la CDMX que en 1969 dio su primer recorrido en su tramo Zaragoza-Chapultepec; esta gran obra pública transformó para siempre la manera en que los capitalinos se movilizaban en la urbe.


Para la década de 1970 el autotransporte carecía de regulación, por lo que el DDF solicitó a la Alianza de Camioneros A. C. que dieran mantenimiento mecánico a sus unidades para impedir la contaminación ambiental. Y por el año 1975 se dio la bienvenida a los “delfines”, autobuses con capacidad para 70 pasajeros.


Por su parte la Cámara Nacional de Transportes y Comunicaciones, atendiendo a su carácter de órgano de consulta del gobierno federal, formula en coordinación con las autoridades federales el primer Programa de Desarrollo del Autotransporte Federal (1977-1982) y se pone en primer lugar a la capacitación de los operadores al formarse la Comisión Coordinadora de los Centros de Capacitación y Adiestramiento del Autotransporte Federal. También en esa década se inició la construcción de los ejes viales.


Los ochenta marcaron sin duda un antes y un después para la sociedad mexicana, no sólo por su nivel de transformación y modernidad o porque México entró a una etapa de globalización, sino por la gran crisis que se gestó y que atacara con crudeza al país durante varios años.


En 1980 el DDF creó la Vocalía Ejecutiva del Transporte de la Comisión de Vialidad y Transporte Urbano que se encargó de dar cumplimiento a la revocación de concesiones.

Además, se adoptaron las primeras medidas enérgicas para enfrentar el alarmante nivel de contaminación, obligando a los dueños de vehículos a colocar convertidores catalíticos en las unidades nuevas.


El Presidente José López Portillo, emitió un decreto por el que se creó un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, denominado Autotransportes Urbanos de Pasajeros R-100, cuyo objetivo era prestar servicio de transporte de pasajeros en el DF y zonas conurbadas, a su vez se inauguró el Centro de Capacitación y Desarrollo de Personal de R-100. A la mitad de la década se incorporó la Dirección General de Autotransporte Urbano a la Coordinación General de Transporte, que se encontraba en la Secretaría General de Protección y Vialidad. Para el cambio se sexenio en 1988, Carlos Salinas de Gortari elabora una estrategia para desregular y liberar todas las actividades productivas; en una frase “reestructurar los sectores productivos” y uno de ellos, por supuesto, fue el autotransporte, así se suscribió el Convenio de Concertación de Acciones para la Modernización Integral del Autotransporte Federal de Carga y se gestó la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) que agrupó a los transportistas dándole fuerza al gremio.


Fue también en ese mismo periodo que la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT) conforme a lo dispuesto en la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones se fundó con la misión de impulsar el desarrollo de esta industria, brindando a sus afiliados los servicios que les permitirían mejorar su operación cotidiana en beneficio de los usuarios.


Los cambios que vivió la industria -en ambos sectores, carga y pasaje– en el periodo 1988 y 1994, fueron la base para transformarse de manera sustancial, las empresas familiares se constituyeron como instituciones y se pasó del gremio a la empresa. Se enfrentó a la crisis denominada “error de diciembre”, al TLCAN, la competencia desleal de los transportistas norteamericanos, la inacción del gobierno por hacer respetar los tratados, el freno a la modernización de la flota, la desaparición de pequeñas y medianas empresas… sin embargo todos y cada uno de los retos fueron superados y con nuevos bríos el autotransporte dio la bienvenida al nuevo milenio.


El año 2000 marcó un hito en México al subir a la presidencia un candidato de la oposición, cuya apertura brindó al autotransporte la oportunidad de que se incorporaran sus propuestas al nuevo programa de gobierno, mismo que se sensibilizó beneficiando a las Secretarías de Comunicaciones y Transportes y  Hacienda. Este periodo también fue benéfico en materia de autotransporte de pasajeros pues la SETRAVI expidió el manual Operativo de Inspectores con la finalidad de regular las actividades de los servidores públicos encargados de la inspección y vigilancia relacionadas con el servicio público de transporte de pasajeros y de carga, en todas sus modalidades. Asimismo, la SETRAVI expidió el manual de Sustitución de Microbuses por Autobuses, para proporcionar a los concesionarios del transporte público de pasajeros, un instrumento guía para conminarlos a sustituir sus unidades por otras de mayor capacidad…

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