Tras la intensa batalla que libra la industria llantera local frente a la importación de llantas de origen chino y de las llamadas «llantas de desecho» provenientes principalmente de Estados Unidos (que han inundado las carreteas del país y sobre todo la frontera norte) una opción viable y en creciente desarrollo para preservar tanto el medio ambiente como la seguridad es acudir a los servicios de renovado profesional.
En el país empero la existencia del «mercado negro», la industria llantera no sólo ha apostado por nuevos desarrollos tecnológicos, sino que además a invertido sus capacidades técnicas y de investigación en la continua mejora del sistema de renovado de llantas con el objetivo de contribuir tanto al medio ambiente como a la reducción de los costos operativos del transportista.
Consiguiendo con esto el llamado «Ciclo completo» o «Ciclo de vida» de la llanta que abarca desde la manufacturación, venta, mantenimiento preventivo y correctivo, renovación, procedimiento que puede llevarse a cabo hasta dos veces y proveer de una extensión la inversión inicial.
A pesar de que nuestro país, según cifras oficiales, por cada llanta nueva sólo se renueva 0.7 llantas, la tendencia apunta hacia el crecimiento puesto que la calidad y confiabilidad de este tipo de neumáticos es cada día más amplia, además las productoras de neumáticos apuestan fuertemente en la apertura de nuevas plantas renovadoras que están poco a poco reforzando este mercado y por supuesto su consumo.
Un factor importante para el éxito del renovado es el compromiso que se imprime en cada uno de los productos, no sólo en el trabajo terminal sino en los insumos que se utilizan, pues estos son sometidos a pruebas exhaustivas de manera que el resultado sea un neumático absolutamente confiable y que iguale la vida útil de una llanta nueva con la ventaja de que su costo se reduce hasta en un 70% (dependiendo claro de su aplicación).
En este último punto es en dónde se ha puesto especial atención, pues las compañías renovadoras han desarrollado productos específicos para cada necesidad, es decir se han dado una perfecta especialización, tanto en materia prima como en el diseño y aplicación de bandas de rodamiento, lo que otorga la tranquilidad absoluta al usuario de rodar sobre las mejores llantas.
Etapas del renovado
La clave de un buen renovado se encuentra en sus procesos de alta calidad; al llegar una llanta a la planta de renovado lo primero que se realiza es la inspección para posteriormente llevar a cabo el saneo (o raspado), cardeo y reparación, embandado, renovado (vulcanización) e inspección final.
Inspección Inicial
Cada una de las llantas es revisada físicamente buscando cualquier daño para determinar si está en condiciones de recibir una nueva banda de rodamiento. En el caso de que exista algún objeto incrustado se retira y se revisan los daños causados durante la operación. Se utiliza luz para detectar deformaciones en el piso y costado y se revisa el sello de la capa interna buscando alguna penetración mediante un arco eléctrico.
Raspado de la banda usada
De acuerdo con las instrucciones del fabricante, en este proceso se retira el remanente de la banda y se debe tener en cuenta que la profundidad del raspado tiene ser acorde al tipo de banda que se desee aplicar; con este procedimiento se obtienen la superficie adecuada para la adhesión de la nueva banda la casco.
Cardeo
Tras el raspado es posible que queden al descubierto algunas anomalías, con el cardeo se retiran los daños o partes dañadas, para evitar la contaminación del renovado.
Reparación
Este proceso está diseñado para sustituir las partes dañadas del casco por piezas que se amolden a la perfección.
Embandado
Consiste en aplicar sobre el caso una nueva banda de rodamiento así como un subpiso de adhesión. Esta banda, en caso de renovado en frío, es premoldeada, con lo que se disminuye el tiempo del proceso de curado de la llanta.
Curado o renovado
Este procedimiento se lleva a cabo para lograr la completa adhesión de la banda al casco mediante la aplicación de calor.
Inspección final
Es el último paso de renovado, pero por ello el más importante pues permite verificar que la llanta está en perfectas condiciones y lista para ser montada en el vehículo (es también en este proceso que se retiran los residuos del renovado).
