Hacia la década de los noventa del siglo pasado se desarrolló uno de los adelantos tecnológicos más importantes de la industria automotora: por supuesto se trata del Common Rail, sistema que fuera desarrollado y aplicado por primera vez por Fiat en colaboración con
A partir de entonces muchos y muy variados modelos de vehículos y motores lo incorporaron gracias a la relativa facilidad de su integración. El Common Rail, al igual que otros sistemas de inyección proporciona el combustible necesario para el motor diesel en cualquier circunstancia y genera altas presiones para la inyección y distribuye el combustible hacia los cilindros; pero además aporta otras ventajas:
La generación de la alta presión es independiente del control de la inyección, puesto que se basa en el principio de la acumulación.
Permite trabajar con valores de presión superiores a la generada por bombas rotativas.
La presión de inyección se consigue con independencia del régimen de giro del motor.
Permite el control preciso del caudal y presión de la preinyección.
El control de la inyección es totalmente electrónico.
Bosch lo define como un sistema de inyección de tipo acumulador, pero «la clave de la diferencia con otros tipos de sistemas de inyección esta en la presurización y en los procesos de inyección los cuales son completamente independientes el uno del otro.
El sistema tiene la capacidad de realizar múltiples inyecciones y flexibilidad para modificar cada inyección según los requerimientos. Con esto se logra un rendimiento mayor del motor en cuanto a economía de combustible, respuesta dinámica y suavidad de marcha».
Es así que como resultado de la implementación del Common Rail se adquiere un mejor funcionamiento y se alcanzan reducciones en el consumo de combustible de hasta un 20%, lo que representa una excelente mejora en la eficiencia y colabora por supuesto en la disminución de las emisiones contaminantes.
Actualmente en la Unión Europea casi todos los automóviles nuevos equipados con motor diésel incorporan Common Rail identificados bajo distintas siglas según el fabricante; Bosch, Denso, Siemens y Delphi son los fabricantes más importantes de estos sistemas.
Magneti Marelli y que fue construido y comercializado por Bosch; siendo un Alfa Romeo 156 con motor JTD modelo 1997 el primer vehículo que lo incorporó.